¡Petardazo!

Buen petardazo dieron el viernes en el Bantierra de Villanueva. ¿Fue ayer, no? Si, creo.

Si, definitivamente si.

Al fin un poco de emoción en este pueblo.

Aunque no hubo mucha, la verdad. Con que calma se toma las cosas la gente.

La cosa es que volaron el cajero para llevarse el dinero y ayer a ultima hora ya estaba todo como nuevo otra vez.

Cuando si que disfrute fue cuando subimos la cuadrilla a Jasa a celebrar Año Nuevo, sobre todo cuando fuimos a recorrer sendas montañeras por aquí y por allá.

Cierto es que las aventuras a las que estoy acostumbrado es a las mega-brutales, y ficticias, aventuras que disfruto en libros, pelis, series y videojuegos, pero allí, caminando por la montaña, disfrutaba.

Pero lo hacía de forma tranquila, como cuando salgo a pasear en automática, sumido en mis pensamientos, mientras el piloto automático me guía por el plano físico.

Pero tampoco así. Era... la sensación de explorar, de descubrir algo nuevo. Si, vale, esos senderos están más que descubiertos, pero no por mí, y por lo tanto no cuenta. La cosa es que... a ver como lo explico.

Empecemos por el cansancio, porque tanta cuesta cansa. Pero me la pelaba, ese esfuerzo que normalmente me habría disuadido de ejercer actividad alguna se quedaba atrás, como un eco perdido, frente a esa sensación, esa fuerza, de que avanzar, de ver más, de ver hasta donde llegábamos.

Pues eso, que menos mal que el mundo real todavía ofrecerme alicientes, que si no ya me habría pegado un tiro.