Y ahora demos comienzo en la siguiente parte en la aventura de nuestros valientes.
-Supongo que tú eres Makari -preguntó Nymeria dirigiéndose hacia la arreglada figura que acaba de dirigirles la palabra.
-Así es, yo mando en esta ciudad. Y vosotros no pintáis nada en ella -sentenció tajante.
-No queremos problemas -respondió Jaka.
-Bien, es bueno saber que estamos de acuerdo. Así que, ¿por qué no os vais por donde habéis venido?
Mientras hablaba, Jaiker movía la mano hacia su arco, pero antes de que lo cogiera Jaka le sujetó la muñeca a la vez que negaba con la cabeza.
-¡Cuanto tiempo, chicos! -oyeron de repente a un lado.
Al mirar vieron con alegría a su amigo Ambrus, pertrechando con una rígida armadura metálica y con el puño de su espada asomando por encima de su hombro, apartando a los hombres de Makari para pasar.
-¡Eh, tú! -exclamó uno de ellos- ¿Qué te crees que haces? -inquirió dispuesto a agarrarlo del hombro.
Antes de darse cuenta el el codo del caballero se había estrellado contra su rostro, con lo que cayó redondo al suelo con la nariz rota mientras Ambrus se acercaba a abrazar a sus viejos amigos.
-¡Así que queréis acabar mal! -sentenció Makari mientras hacía girar a su caballo- ¡Está bien! ¡Deshaceros de ellos! -ordenó con un gesto de la mano similar a espantar a una mosca.
A la orden, los hombres que iban a pie desenvainaron mientras los montados se marchaban con su jefe. Quince hombres rodeaban ahora a los aventureros, la mayoría de ellos con más pinta de matones que de soldados.
-¡Animo, chicos! -dijo Ambrus haciendo lo propio- Tenemos dos y medio para cada uno.
Tras ponerse su capucha escarlata sobre la cabeza el rostro de Dred quedó cubierto por una extraña oscuridad para acto seguido comenzar a recitar versos en una lengua ya olvidada. A su lado Patrik y Nymeria parecían crear una burbuja alrededor de ellos, Nymeria que palabras de poder y Patrik dando muestras de un gran esfuerzo mental.
Tras ellos, Jaiker disparó dos flechas con gran rapidez contra el hombre que dirigía al grupo, pero la coraza le protegió de los impactos no sin obligarle a dar un paso atrás por la fuerza de los golpes.
Y entonces la masa de matones se lanzó sobre ellos, plantándose Jaka frente a cuatro de ellos y Patrik y Ambrus frente a otros tres cada uno.
Con tenacidad atacaron a Jaka mientras éste, con sus tres metros de altura, les pedía con calma que se detuvieran. Hasta que uno de ellos consiguió alcanzarle con un mazazo en las costillas.
-¡He dicho que os detengáis! -rugió entonces, dejándolos pasmados ante él.
Ambrus rompió la nariz del primero de ellos de un directo tras desviar su arma para después defenderse sin problemas de los otros dos. Mientras, los golpes de los otros tres se estrellaban frente a una suerte de barrera invisible antes de que Patrik, apuntando la palma de su mano hacia uno de ellos, emitió un pulso de energía que hizo volar a uno de ellos por los aires para desaparecer en la niebla.
Y entonces los otros cuatro, de aspecto más curtido, se unieron a la refriega.
Empiezan mal nuestros chicos, en problemas nada más llegar. En la próxima descubriréis como acaba el lance. Entre otras cosas habréis notado el cambio de Dred de fetiche a capucha. El caso es que como aún estamos desarrollando a los personajes en el tema de transfondo pues vamos cambiando alguna cosilla al gusto de cada uno.
Y eso por ahora. Pronto más y mejor.
-¡Eh, tú! -exclamó uno de ellos- ¿Qué te crees que haces? -inquirió dispuesto a agarrarlo del hombro.
Antes de darse cuenta el el codo del caballero se había estrellado contra su rostro, con lo que cayó redondo al suelo con la nariz rota mientras Ambrus se acercaba a abrazar a sus viejos amigos.
-¡Así que queréis acabar mal! -sentenció Makari mientras hacía girar a su caballo- ¡Está bien! ¡Deshaceros de ellos! -ordenó con un gesto de la mano similar a espantar a una mosca.
A la orden, los hombres que iban a pie desenvainaron mientras los montados se marchaban con su jefe. Quince hombres rodeaban ahora a los aventureros, la mayoría de ellos con más pinta de matones que de soldados.
-¡Animo, chicos! -dijo Ambrus haciendo lo propio- Tenemos dos y medio para cada uno.
Tras ponerse su capucha escarlata sobre la cabeza el rostro de Dred quedó cubierto por una extraña oscuridad para acto seguido comenzar a recitar versos en una lengua ya olvidada. A su lado Patrik y Nymeria parecían crear una burbuja alrededor de ellos, Nymeria que palabras de poder y Patrik dando muestras de un gran esfuerzo mental.
Tras ellos, Jaiker disparó dos flechas con gran rapidez contra el hombre que dirigía al grupo, pero la coraza le protegió de los impactos no sin obligarle a dar un paso atrás por la fuerza de los golpes.
Y entonces la masa de matones se lanzó sobre ellos, plantándose Jaka frente a cuatro de ellos y Patrik y Ambrus frente a otros tres cada uno.
Con tenacidad atacaron a Jaka mientras éste, con sus tres metros de altura, les pedía con calma que se detuvieran. Hasta que uno de ellos consiguió alcanzarle con un mazazo en las costillas.
-¡He dicho que os detengáis! -rugió entonces, dejándolos pasmados ante él.
Ambrus rompió la nariz del primero de ellos de un directo tras desviar su arma para después defenderse sin problemas de los otros dos. Mientras, los golpes de los otros tres se estrellaban frente a una suerte de barrera invisible antes de que Patrik, apuntando la palma de su mano hacia uno de ellos, emitió un pulso de energía que hizo volar a uno de ellos por los aires para desaparecer en la niebla.
Y entonces los otros cuatro, de aspecto más curtido, se unieron a la refriega.
Empiezan mal nuestros chicos, en problemas nada más llegar. En la próxima descubriréis como acaba el lance. Entre otras cosas habréis notado el cambio de Dred de fetiche a capucha. El caso es que como aún estamos desarrollando a los personajes en el tema de transfondo pues vamos cambiando alguna cosilla al gusto de cada uno.
Y eso por ahora. Pronto más y mejor.
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